En Falomir Juegos somos conscientes de que las fiestas de Navidad son una época del año muy especial que invita a jugar y no sólo a los peques de la casa. Son días de estar en familia, de juntarse todos los miembros alrededor de una mesa muy bien decorada y a media tarde o incluso, entrada la noche, cuando nos encontramos ya más relajados tras el trajín que impone la cocina, en muchos hogares es tiempo de juego. Juegos en familia o entre amigos. Se trata de la época del año más hogareña y los juegos de mesa en determinadas horas del día se suelen convertir en el momento zen o estrella.
No podemos obviar que los juegos de mesa cumplen una función social que posibilita, sin ánimo de ser cínicos, hacer más llevadera la convivencia en multitud. No nos engañemos, juntarnos todos en casa supone una gran satisfacción familiar, pero también nos depara momentos de caos y agotamiento, sobre todo, a los anfitriones y ahí los juegos cumplen un papel balsámico. Los juegos de mesa, nos divierten y pese a generar competitividad, ésta se nos propone de una manera mucho más amena, calmada y relajada.
Y existen propuestas tan diferentes a la hora de escoger un juego, como diferentes son las familias. Sí que es verdad, que en muchos hogares se instauran tradiciones y en algunos es típico escuchar rodar las bolas dentro del bombo del bingo; o disponer de una buena baraja de cartas o recurrir a juegos en grupos como los tradicionales de preguntas que ponen en alerta nuestros conocimientos o capacidad de memoria.
Desde luego, esta tradición, la de jugar en familia, se convierte en una pieza clave cuando llega la Navidad, sinónimo de calor de hogar, de frio e incluso es típico ver hogares en los que los juegos van por sectores o preferencias: miembros que optan por juegos de inteligencia, mientras en otra estancia otros apuestan por las cartas, o los más pequeños disfrutan con juegos de manualidades o magia.
Todo es posible, será porque es Navidad y estas fiestas invitan a todos a jugar.