Es verano, si antes ya era importante jugar, ahora se supone que lo puedes hacer el doble: no tienes clases, incluso ha acabado la escuela o campamento de verano, ahora sí o sí, estás de vacaciones y si hay justicia, probablemente tus papis también.
De lo contrario siempre estarán los abuelos, o tu tía Clara o qué sé yo… pero desde Falomir Juegos lo tenemos muy claro: si estás con tus abuelos unos días, juega con ellos (100 juegos, 200 juegos, 400 juegos, bingo, parchís, oca, ajedrez, damas… la selección es interminable); si estás con tus primos o vecinos: juega; si estás con los papis ¡perfecto! juega.
El día alarga, hay más horas de sol, más tiempo libre y echar una partida con tu juego de mesa preferido es una manera de divertirse y seguir aprendiendo: te relacionas, compites, interactúas, piensas y ejercitas, en definitiva el intelecto. O sea que uno de los ‘músculos’ principales de nuestro cuerpo: el cerebro, sigue activo. No se queda en barbecho mientras te tuestas al sol o te aburres en esas largas tardes de estío, que a veces incluso nos generan hastío.
Así que, si te saltas la siesta, o alargas la velada por la noche, un juego de mesa siempre es un buen aliado.
¡Jueguen!
Foto: Labyrinth – Board Game Night via photopin (license)