Las tardes que se hacĂan noches jugando a la brisca con el abuelo Conrado en el pueblo eran deliciosas. En el 2019 la oferta es inmensa y si te gustan, como las cartas no hay nada. A los mayores nos remueve la sesera, que a veces se intuye un poco oxidada, y a los peques les enseña a cooperar, a seguir normas, a respetar los turnos, a practicar las mates y a mejorar las habilidades sociales. Menudo abanico de beneficios, ¡hasta la gata disfruta de las veladas!, y mientras todos juegan, ella se enrosca en cualquier cama.
Barajando se practican las habilidades motoras y aceptar que tu hija de cuatro años te está pegando una paliza le va genial al ego adulto. ¿Empezamos?
El Sapiens es un juego para los cavernĂcolas de dos a cinco años. Busca entre tus cartas una con el dibujo que ha dicho en idioma prehistĂłrico el anterior jugador. AquĂ no hay turnos, ¡el más rápido se lleva el gato al agua!
Y si lo que se lleva en casa es el mundo animal, Safari es el tuyo: ¿te falta un tigre?, sé quien lo descubre primero y llévate la carta.
¡Elige tu baraja y a disfrutar!